En la práctica de la medicina, la relación entre el médico y su paciente juega un papel muy importante y es esencial para la provisión de asistencia médica de calidad, en cuanto a la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades.
Desde su formación se les inculca a los facultativos el trato correcto hacia las personas que son asistidas.
Edeanny Domínguez, gastroenteróloga y jefa de servicio del Hospital General del Sur (HGS), indica que también en la formación personal y familiar son promovidos estos valores y principios.
De igual modo, Domínguez asegura que en el juramento hipocrático, que realizan los profesionales de la salud al graduarse, se hace referencia a la conciencia y responsabilidad ética que deben mantener los médicos con sus pacientes.
La especialista explica que es fundamental que los médicos vean a los individuos que tratan como seres completos que merecen respeto y atención óptima para cubrir sus necesidades. Mientras que los pacientes deben identificarse con los profesionales y tener la suficiente confianza en su competencia pa ra expresarles abiertamente sus síntomas y dolencias, agrega Domínguez.
Existen algunas especialidades médicas, tales como psiquiatría y medicina familiar, en las que este contacto adquiere más énfasis.
María Isabel Vargas, oncóloga radioterapeuta y directora del Instituto Oncológico La Sagrada Familia, expone que es necesario que los planteamientos de quienes asisten a consultas sean escuchados y sientan que pueden realizarle confidencias al médico.
En las prácticas asistenciales se requiere que se produzca un proceso de retroalimentación entre los pacientes y los consultantes, asevera Vargas.
El profesional de la salud no debe ejercer su carrera solo para ordenar y recetar, ni la persona tratante ser la única receptora.
La oncóloga radioterapeuta asevera que la comunicación es vital para resolver los problemas médicos, ofrecer respuestas oportunas y aportarle calidad de vida a los seres humanos, su labor más importante, acota.
Cuando se trata de enfermedades terminales, Vargas afirma que esta relación se afianza. En estos casos muchas veces la angustia, el dolor y la preocupación invade al paciente, quien ve al médico como a su amigo. Afirma que a su vez los especialistas se convierten en consejeros e involucran, incluso, la psicología en sus terapias.
José Abdelkalek, cirujano urólogo y especialista en endourología, menciona que es recomendable que el individuo con padecimientos crónicos delate sus inquietudes para poder ser comprendido y se sienta seguro.
Indiferentemente de la patología que tenga la persona, Abdelkalek enfatiza que el galeno tiene la misión de informar con honestidad sobre el desarrollo de la enfermedad al paciente, sin engañar, ni ocultar detalles.
El urólogo aconseja que la familia permanezca cerca, unida y atenta. En estas oportunidades es preciso conversar frecuentemente con los parientes del paciente y mantenerlos al tanto de los avances o deterioro de su salud.
Domínguez manifiesta que los diagnósticos y tratamientos para cada persona se deben formular de manera individual, ya que los síntomas de determinado malestar pueden ser distintos en algunos organismos.
El paciente es un ser humano con personalidad y espíritu y, que acude a los centros de salud para recibir ayuda, expresa Vargas, quien señala que desde el momento en el que el individuo entra en el consultorio deber ser tratado con cariño.
La oncóloga indica que los profesionales de la salud que trabajan con vocación reciben a cambio alegrías y satisfacciones, razón por la que la colaboración de los facultativos hacia la población siempre estará presente. “Nuestro mayor compromiso es fortalecer cada día la relación médico-paciente para el bienestar de ambos”, agrega Vargas
