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viernes, septiembre 09, 2005

ALIMENTOS TRANSGÉNICOS NECESIDAD DE LEGISLACION


¿QUE SON LOS ALIMENTOS TRANSGENICOS?

COMPLETA INFORMACIÓN SOBRE ESTA MATERIA LA ENCONTRAMOS EN LA BIBLIOTECA DEL GONGRESO, FUENTE INAGOTABLE DE INFORMACION QUE COMPARTIMOS CON LOS CIUDADANOS , SALUDOS RODRIGO GONZÁLEZ FERNÁNDEZ

La controversia de los alimentos transgénicos Y necesidad de legislacion, necesitamos un cuerpo jurídico sistematizado y actualizado conforme a los avances tecnologicos
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Lecturas sobre el tema
Bibliografía sobre transgénicos
Experiencia legislativa en otros países
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¿como se define un alimento transgenico?

Un alimento transgénico se define como aquél cuyos ingredientes incluyen un organismo genéticamente modificado, el cual a su vez es cualquier vegetal, animal u organismo cuyo material genético ha sido modificado por el hombre de manera intencional, sin mediar ningún método natural de intercambio de genes. Aunque los transgénicos que más acaparan la atención de la gente son los alimentos vegetales (como frutas o semillas), también existen animales que caen en esta categoría, como por ejemplo ratones a los que se les ha alterado su ADN para que produzcan una cierta enzima utilizada en tratamientos médicos en humanos.

Los métodos más corrientes de alteración genética son la eliminación de un gen particular o su reemplazo por otro proveniente de otro organismo. Así se pueden crear semillas de trigo resistentes a los pesticidas, papas que incorporan un insecticida natural, tomates que soportan bajas temperaturas o frutas con una dosis extra de nutrientes. El origen de los alimentos transgénicos puede rastrearse a la década de 1950, cuando algunas empresas norteamericanas irradiaban trigo. Pero en su concepción moderna se reconoce a 1992 como el año del primer alimento genéticamente modificado usando tecnología de manipulación genética a escala microscópica. En ese año la compañía norteamericana Calgene produjo el "Flavor Saver", un tomate al que se le agregó un gen que interfería con la producción de proteínas y así retrasaba la putrefacción.
El fruto fue comercializado sin restricciones pues las autoridades de salud estimaron que conservaba inalteradas las características básicas del original, como el sabor y los niveles de proteínas, vitaminas y minerales. La producción de "Flavor Saver" duró pocos años, pues los costos de producción eran altísimos. Sin embargo, puso la primera piedra para la producción industrial de alimentos con genes alterados. La producción, comercialización y consumo de transgénicos ha causado debate mundial tanto por su propia definición (alimentos modificados no por acción de la naturaleza sino por intervención directa del hombre en su material genético, la naturaleza de todo organismo vivo) como por sus consecuencias, como el que su fabricación esté ligada a marcas comerciales y su influencia en la economía por el tema de las patentes comerciales.

Los argumentos a favor Los que están a favor aducen que la tecnología genética en los alimentos tiene un beneficio directo en el medio ambiente y en el consumidor final en varios aspectos. Resistencia a los pesticidas y a las plagas: Los cultivos transgénicos son más resistentes a los pesticidas, por lo que no se contaminan al rociarlos con dichas sustancias. Hay unos tipos de cultivos que sintetizan sus propios insecticidas y otros que derechamente soportan el ataque de los insectos y que no necesitan de estos químicos, por lo que no causan enfermedades a los trabajadores que los manipulan ni dañan el suelo.
Plantas y frutos más fuertes: Otros productos de la modificación genética son frutos más resistentes a condiciones extremas de temperatura, que demoran más en descomponerse (características ideales para su transporte a otros países) y semillas que no requieren cuidados ni esfuerzos especiales para que crezcan fuertes y sanas.
Mejor rendimiento: Pueden crearse cultivos con tiempos de maduración más rápidos, incrementando la disponiblidadde alimentos.
Más nutrición: Pueden crearse frutos y alimentos con mayor cantidad de nutrientes que sus contrapartes 100% naturales. Hay ejemplos de arroz con dosis más altas de vitamina A y con mayor concentración de hierro.
Mayor aprovechamiento del suelo: Mediante la manipulación genética pueden crearse semillas que crezcan en tierras afectadas por la erosión, falta de agua o concentraciones de minerales que impiden la proliferación de cultivos naturales.
Fármacos y vacunas: Se estudia la posibilidad de que las plantas transgénicas generen sustancias que puedan emplearse en la medicina, lo que sería una forma más barata y accesible de sintetizar medicinas.
En general, según sus defensores, los alimentos transgénicos serían más seguros que los convencionales. Los argumentos en contra El tema de la intervención directa en el material genético que define a un organismo causa escozor entre sus detractores.
La controversia que envuelve a los transgénicos actúa en varios frentes. Etica: No sería ético manipular la naturaleza misma de un organismo. Hay quienes consideran que este aspecto de la biotecnología viola el valor intrínseco de un ser vivo, además de que no consideran sano el introducir genes animales en organismos vegetales y viceversa (por ejemplo, existe una variedad de tomates con genes de salmón para hacerla resistente al frío). Legalidad: La producción de alimentos transgénicos está íntimamente ligada con el registro de patentes. Muchas empresas que crean un organismo modificado lo patentan para proteger su propiedad intelectual y asegurarse con los beneficios económicos. Esto causaría una situación de virtual monopolio de las empresas dueñas de ciertas semillas y alimentos, dependencia por parte de pequeños productores o países no desarrollados, hasta problemas con tratados comerciales entre naciones. Además, en varios países está en discusión el tema de si los alimentos transgénicos deben o no tener un etiquetado especial que los identifique como tales. Salud y medio ambiente: Los transgénicos supondrían un peligro para la biodiversidad a través del riesgo de que haya transferencia no intencional de genes entre especies (como en la polinización cruzada), o por los efectos desconocidos que puedan causar en otros organismos que están en su mismo entorno, como ciertos microbios de los suelos.
Además se teme que su consumo cause efectos nocivos en los humanos, como alergias, rechazo del organismo a químicos contenidos en los transgénicos o alguna secuela desconocida (aunque aún no existe evidencia científica de este tipo de daño). La situación en Chile y otros países No existe en el mundo una política común en cuanto e este tipo de alimentos. Cada nación o bloque tiene posturas distintas al respecto, lo que se refleja en sus normativas. La Unión Europea decretó en 1999 una prohibición de cuatro años contra los alimentos transgénicos.
Luego, a finales de 2002, se establecieron estrictos controles de identificación de productos de esta naturaleza. La política actual de la UE no es prohibir el consumo ni el comercio de transgénicos, sino dar al público la mayor información posible sobre lo que está ingiriendo.

De allí que hay normas que exigen un etiquetado en detalle de los productos genéticamente modificados (aunque tengan sólo trazas de ingredientes transgénicos), más una cadena especial de ADN que permita el rastreo de los orígenes de productos específicos en casos de enfermedad o contaminación. Japón tiene una disposición similar. Estados Unidos no tiene legislación que exija características o condiciones especiales a los transgénicos, salvo una inspección previa, como todo producto alimenticio, de la Food and Drug Administration.
Como ese país no exige etiquetado de productos alterados genéticamente, está en una disputa comercial con la UE, porque por esta razón los productos estadounidenses no pueden entrar a ese mercado. Chile no tiene una legislación que explícitamente prohíba o condicione la comercialización y consumo de alimentos transgénicos.

Tampoco tenemos un cuerpo jurídico sistematizado, sólo disposiciones sectoriales en materia agrícola, de salud, pesca, medio ambiente, etc. Mientras en el Congreso Nacional se tramitan proyectos que tratan este tema, la normativa vigente habla de la creación de comités asesores o de los derechos comerciales de quienes creen nuevas variedades vegetales. El más importante es el Decreto N° 115 de 2003, del Ministerio de Salud, que exige que en el etiquetado de alimentos se informe si corresponde a un organismo que ha sido manipulado mediante biotecnología, pero que no menciona específicamente a los transgénicos. Hay otros dos decretos que tocan específicamente el tema, pero como no fueron publicados por el Diario Oficial, nunca entraron en vigencia.


Documentos sobre transgénicos >> Para mayor información pinche aquí y se sorprenderá. Salñudos Rodrigo González Fernández

Las dimensiones bioéticas de la vejez


Lolas Stepke, Fernando.

DESDE LA BIBLIOTECA DEL CONGRESO NACIONAL HEMOS CAPTADO ESTE INTERESANTE ARTÍCULO

Las dimensiones bioéticas de la vejez. Acta Bioethica, (Santiago, Chile),
N° 1, 2001, p.57-70.


Se plantea que hay tres hechos relevantes a un planteamiento ético en relación a la vejez.

El primero es de naturaleza demográfica. En los últimos decenios ha aumentado la cantidad de adultos mayores en todos los países del mundo.

El segundo, de naturaleza social, muestra una convivencia intergeneracional de un tipo hasta ahora inédito: muy jóvenes convivirán con muy ancianos; y adultos de edad media se relacionarán con adultos mayores en condiciones de una creciente igualdad física y mental, que los obligará a recrear las formas de convivencia y de solidaridad.

El tercero, indica que la longevidad se acompañará de una demanda de servicios en las edades finales de la vida de proporciones sin precedentes; la compresión de morbilidad esperable hará necesarias decisiones sobre provisión de ayudas y sobre las formas que deberá asumir la organización social para enfrentar las crecientes y diversificadas necesidades.

La dualidad entre la consideración interna y la externa es crucial para entender algunos problemas psicológicos asociados a esta etapa de la vida. El "sentido" que dan los demás a una vida contrasta a veces agudamente con el "significado" que a sí mismas se dan las personas.
Se afirma que el proceso de desvalimiento u obsolescencia que se observa en las sociedades
contemporáneas puede equipararse a una forma de desvalorizar lo que las personas de edad pueden hacer. La vejez va asociada a una pérdida de "aprecio", que es como decir una pérdida de "precio" de los servicios de los viejos.

Esa pérdida de "precio" se transforma insensiblemente en pérdida de valor. El contraste entre el sentido externo y el sentido interno, permite dar un contexto apropiado a la noción de "muerte social". Aunque los ancianos reclamen derechos, aunque deseen continuar en la vida y contribuir a la sociedad, ésta los declara excluidos.

Tal vez el desafío más crucial para una bioética del diálogo y de la responsabilidad sea dar nuevos sentidos a la vida en la vejez y contribuir a desarrollar una "medicina sostenible". Una medicina que sin renunciar a sus exigencias internas de progreso disciplinario ofrezca equidad de acceso y verosimilitud de promesa para sus practicantes y sus usuarios.

Lo que a los planificadores y terapeutas puede parecer evidente. O lo que algunos consideren esencial, si no contempla la opinión de los propios ancianos y su esperable mutación con la marcha de la edad, se hace impracticable o inútil.

En la medicalización de la vida que actualmente se impone como la metáfora esencial de los sistemas de ayuda, es importante legitimar las decisiones tomando enconsideración la opinión de todos los actores.

De hecho, el diálogo es la herramienta más importante que el discurso bioético ha venido a aportar a las sociedades modernas. Si bien la medicina es una metáfora social básica, las formas de ayuda y de inserción social deben incorporar una sensibilidad especial hacia las relaciones de poder, los contextos en que se interpretan las relaciones humanas y factores culturales queinciden en el trato otorgado a las personas de edad avanzada.

SALUDOS RODRIGO GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, consulta juridica.blogspot.com

ALCANCES ETICOS DE LA CLONACION


Expertos opinan sobre alcances éticos de la clonación

La exitosa investigación de científicos surcoreanos, quienes lograron clonar embriones humanos y aislar sus células madre, abrió la discusión acerca de los límites de la biotecnología. Aunque el fin perseguido es terapéutico y no reproductivo, el avance vuelve a cuestionar el momento de inicio de la vida humana y pone en evidencia las diferencias que existen respecto al estatus moral del embrión. A continuación las opiniones de los expertos en el tema:
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Humberto Maturana. Biólogo, Premio Nacional de Ciencias 1994.
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Peter A. Singer. Director del Centro de Bioética de la Universidad de Toronto.
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Alfonso Gómez-Lobo. Profesor Cátedra Ryan de Filosofía Universidad de Georgetown, miembro del Consejo de Bioética de la Casa Blanca.
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Jorge Allende. Profesor del Programa de Biología Celular y Molecular de la Universidad de Chile.
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Fernando Chomalí. Miembro de la Academia Pontificia para la Vida.
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Rafael Vicuña. Bioquímico, Profesor de Genética Molecular de la Universidad Católica.
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Fernando Zegers Hochschild. Miembro estable del panel de expertos en reproducción humana de la Organización Mundial de la Salud.
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Norman Daniels. Profesor de Ética de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard.
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Fernando Lolas. Director Regional del Programa de Bioética de la Organización Panamericana de la Salud.
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Manuel Santos. Profesor de Biología Celular y Molecular Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Católica.

Humberto Maturana. Biólogo, Premio Nacional de Ciencias 1994.
"Vivimos una cultura en la que cuando hay una oposición entre una visión ética y una comercial, predomina esta última. Por eso, me opongo a la clonación en este momento histórico. Pienso que cualquiera sea el propósito declarado, mientras no cambie nuestra psiquis mercantil, más pronto que tarde la clonación será motivo de negocio y las consideraciones éticas serán olvidadas o violadas.
"Los límites de las implicancias éticas en cualquier ámbito están dadas por el respeto que los actores en ese ámbito tengan por los seres humanos, los seres vivos, o el dominio ecológico, y por cuán honestos sean. Pienso que en una cultura ética no mercantil se justificaría la clonación terapéutica. Y creo también que ésta podrá eventualmente hacerse con células troncales no embrionarias.
"Vivimos un momento en la historia de la humanidad en el que los seres humanos podemos realizar cualquier cosa que imaginemos si respetamos las coherencias operacionales propias del dominio en que lo imaginamos. Por esto, el tema central en cualquier quehacer son las consideraciones éticas, no las dificultades tecnológicas".Fuente: Archivo Diario El Mercurio de Santiago.
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Peter A. Singer. Director del Centro de Bioética de la Universidad de Toronto.
"La mayoría de las personas cree que se debería prohibir la clonación reproductiva y yo estoy de acuerdo con esto. Pero la terapéutica, como la que realizaron los científicos surcoreanos, es el puente necesario para pasar de la investigación de laboratorio con células madre a la terapia de trasplante de tejidos. En el futuro se podrían producir células inmunológicamente idénticas para tratar a pacientes con, por ejemplo, problemas al corazón, sin la necesidad de usar drogas inmunosupresoras. Estos beneficios se darán en el futuro, nadie sabe realmente cuándo, pero ya que estamos hablando de tecnología, pienso que podríamos ver las primeras pruebas dentro de 5 a 10 años.
"Los problemas éticos acerca del estatus del embrión humano deben ser considerados cuidadosamente. Pero en este caso no hay espermatozoides involucrados (en el sentido de fertilización tradicional), ya que las células madre derivan de un centenar de blastocistos.
"He tratado a muchos pacientes que mueren de problemas al corazón, por lo que apoyo la clonación terapéutica".Fuente: Archivo Diario El Mercurio de Santiago.
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Alfonso Gómez-Lobo. Profesor Cátedra Ryan de Filosofía Universidad de Georgetown, miembro del Consejo de Bioética de la Casa Blanca.
"Desde un punto de vista ético me parece inaceptable tanto el proyecto de implantar embriones clonados como el hacer cualquier otro uso de ellos (o ellas, pues los embriones coreanos son todos femeninos). Hoy sabemos que no hay un solo animal clonado que no tenga serios defectos genéticos, y que por ende someter a un ser humano a este tipo de experimentación llevaría a resultados más graves que las deformaciones que produjo en su tiempo la talidomida (remedio para aliviar el malestar de los embarazos). La razón más profunda para cuestionar estos experimentos es que clonar un ser humano, con cualquier fin, es transformarlo en un mero instrumento sometido al poder arbitrario del tecnólogo.
"Hablar de clonación "terapéutica" es un eufemismo. La generación y destrucción de un embrión no cura a nadie. Es más exacto hablar de clonación para la investigación biomédica. Hasta ahora no está en absoluto claro que estos experimentos vayan a dar frutos. Pero independientemente de ello, me parece que destruir a un ser humano en los comienzos de su vida para curar enfermedades de los que ya hemos alcanzado la madurez es, sin duda, inaceptable. También es cuestionable el uso que se hizo de las 16 mujeres de las cuales se extrajeron 242 óvulos, luego de un tratamiento hormonal extremo.
"Entre los investigadores norteamericanos hay muchos que piensan que la investigación en células troncales no embrionarias (extraídas, por ejemplo, del cordón umbilical o de la médula ósea) es más promisoria. En el caso de las células hematopoiéticas ya existen aplicaciones terapéuticas. Al igual que las extraídas de un embrión clonado, éstas y las demás células no embrionarias son genéticamente idénticas al resto de las células somáticas del paciente, pero su extracción no presenta dificultad ética porque no hay destrucción de un organismo humano".Fuente: Archivo Diario El Mercurio de Santiago.
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Jorge Allende. Profesor del Programa de Biología Celular y Molecular de la Universidad de Chile.
"No estoy de acuerdo con la clonación humana, ya sea con fines reproductivos o terapéuticos. El límite ético esta dado por lo que cada uno de nosotros considera como un ser humano, al que le debemos respeto y no deberíamos instrumentalizarlo. Para mí, éste ya está presente en un embrión con un genoma completo que tiene la potencialidad de dar origen a una persona humana.
"Todavía hace falta mucha investigación para poder saber la realidad del potencial terapéutico del tratamiento con células troncales. Esa investigación se puede todavía hacer con células animales. La disyuntiva de permitir la clonación o el uso de células troncales embrionarias versus no curar el Alzheimer o el Parkinson no es real en este momento, pues el tratamiento está lejos de estar comprobado.
"Hay mucha discusión en la comunidad científica sobre la capacidad de generar otros tejidos a partir de células troncales de tejidos adultos. Yo creo que se encontrarán los medios para lograrlo, lo que resolvería en gran medida el problema ético".Fuente: Archivo Diario El Mercurio de Santiago.
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Fernando Chomalí. Miembro de la Academia Pontificia para la Vida.
"No estoy de acuerdo con la clonación reproductiva porque implica una gran manipulación de embriones, niega el derecho al hijo a ser gestado en el contexto del amor conyugal, implica la pérdida de embriones humanos y es un acto de poder de corte eugenésico que impone una identidad al clon. Tampoco apruebo la clonación con fines terapéuticos porque implica generar embriones humanos para destruirlos con el fin de obtener células madres.
"De ninguna manera se justifica hacer un mal, es decir, destruir embriones para obtener un bien y así curar enfermedades. No debemos olvidar nunca que un embrión es un ser humano, y como tal merece respecto. Si olvidamos eso se instituye una nueva tiranía, la de los más fuertes, la de la ciencia y su imperativo tecnológico: "lo puedo hacer; por lo tanto, lo debo hacer", al margen de cualquier consideración sobre la verdad del embrión. El ethos de la ciencia es estar al servicio del hombre y no contra de éste. Se trastoca también el ethos de la medicina, que es no hacer daño y curar, por el de una nueva lógica, la del poder que siempre perjudica a los más débiles, en este caso de los embriones.
"La ciencia es un bien, y los avances en medicina logrados en este último tiempo son dignos de gratitud por cierto. La Iglesia anima el trabajo de los investigadores pero siempre y cuando se realicen en el respeto de la dignidad del ser humano desde la concepción hasta la muerte. Si se logra obtener células troncales de células adultas - lo que no implica destrucción ni manipulación de embriones- , y ello permite una acción terapéutica, sería un gran avance y signo de esperanza de tantas personas que sufren enfermedades que no tienen en la actualidad posibilidad terapéutica alguna. Pero hacer un mal para obtener un bien, no".Fuente: Archivo Diario El Mercurio de Santiago.
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Rafael Vicuña. Bioquímico, Profesor de Genética Molecular de la Universidad Católica.
"No estoy de acuerdo con la clonación de seres humanos, ya sea con fines reproductivos o terapéuticos. En ambos casos, el procedimiento para obtener (manufacturar) el embrión es el mismo: se fusiona un óvulo desprovisto de su material genético nuclear con un núcleo de una célula somática o con la célula completa. Por lo tanto, representa una violación a las leyes de la naturaleza, puesto que en la especie humana los embriones se forman mediante la fusión de dos gametos provenientes de individuos de sexo apuesto. Si fuese con fines reproductivos, este embrión daría origen a una persona enferma, como son todos los clones de mamíferos, con una gran indefinición respecto a su individualidad, que tendrá una madre a medias y no tendrá padre. Si se tienen objetivos terapéuticos, en lugar de transferirse el embrión, éste se destruye para obtener sus células madre. Puesto que el embrión es un ser humano, en ambos casos la clonación atenta contra la dignidad del hombre.
"Si bien las expectativas terapéuticas que ofrece el trabajo con células troncales son muy promisorias, ello no constituye un atenuante para la fabricación de embriones humanos que están destinados a su destrucción. Es un contrasentido desintegrar embriones humanos para sanar enfermedades de otros seres humanos. El fin, por loable que sea, no justifica los medios. Este es un asunto de moral natural, no de una religión en particular.
"Las células troncales de tejidos adultos son menos versátiles que las de origen embrionario, pero representan un muy buen punto de partida para investigaciones con fines terapéuticos. También pueden serlo las células de fetos obtenidas luego de abortos espontáneos o las de cordón umbilical. Los científicos, que en forma creciente se están mostrando partidarios de la clonación terapéutica, debieran mostrar más confianza en su capacidad para obtener resultados exitosos por los variados caminos alternativos que se les ofrecen".Fuente: Archivo Diario El Mercurio de Santiago.
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Fernando Zegers Hochschild. Miembro estable del panel de expertos en reproducción humana de la Organización Mundial de la Salud.
"La clonación con fines reproductivos (generación de una persona mediante reproducción asexuada) es reprobable al menos por tres razones: 1) En todos los mamíferos hasta ahora clonados se han detectado malformaciones mayores y graves alteraciones del desarrollo de órganos jamás vistas como consecuencia de la reproducción sexuada. 2) Esta forma de generación de una persona la privaría del derecho de todos los mamíferos a ser el resultado del azar generado a partir de la participación de dos genomas independientes (el de los progenitores) y 3) privaría al individuo del privilegio de ser ignorante respecto de su futuro inmediato y de recorrer este mundo con su cuerpo por primera vez.
"No tengo reparos éticos en la generación de material humano a través de clonación con fines terapéuticos y de investigación, siempre que las personas que donen los ovocitos y las células somáticas expresen su consentimiento luego de haber sido adecuadamente instruidos sobre la naturaleza de la investigación y la trascendencia de la misma. En la actualidad se pueden efectuar estudios genéticos extrayendo células del blastocisto sin afectar su capacidad de desarrollo. Es probable que en el futuro se pueda hacer lo mismo para células troncales. Por otra parte, en relación a la "destrucción de embriones" es triste, pero constituye una buena práctica médica (previo consentimiento de la mujer) cuando éstos se han anidado fuera del útero o invaden órganos vecinos (embarazo ectópico) amenazando la vida de la mujer. La necesidad de ejercer juicios de valor (la persona actual versus el embrión que puede llegar a ser una persona) forma parte de la praxis médica.
"Soy partidario de la clonación con fines terapéuticos y de investigación basándome en los siguientes elementos: 1) El desarrollo de la medicina regenerativa realmente va a mejorar la calidad de vida de millones de personas. 2) A diferencia de una persona, el embrión no es un sujeto moral, es el objeto de una determinada moral social que le es conferida en la medida en que puede llegar a ser una persona. 3) No existen personas que se hayan originado como parte de reproducción asexuada. Por ello la nomenclatura de embrión humano no es aplicable al material clonado. 4) El blastocisto resultante del experimento coreano es material humano en la medida que deriva de células humanas, pero no debe ser considerado potencialmente una persona, ya que jamás ha existido y no debiera existir una persona generada de esa manera.
"La evidencia actual es que a diferencia de las células embrionarias, las células troncales de personas adultas tienen menos plasticidad (pueden diferenciarse en un limitado número de tejidos) y se mantienen indiferenciadas por un limitado espacio de tiempo. Si la investigación demuestra que se puede obtener lo mismo con células troncales de embrión que de adulto, debe preferirse el uso de células de adulto. Por otra parte, es posible que en un futuro se pueda inhibir la expresión de los genes que nos hacen rechazar tejidos ajenos (histocompatibilidad), y de esa manera evitar potenciales rechazos entre las células troncales transferidas a una persona y el organismo huésped. De ser así, no se requeriría de la clonación terapéutica.
"El desarrollo científico actual va en todas direcciones y es poco predecible identificar qué conjunto de conocimientos logrará el salto definitivo hacia la medicina regenerativa para hacerla biológicamente eficiente y psicosocialmente aceptable".Fuente: Archivo Diario El Mercurio de Santiago.
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Norman Daniels. Profesor de Ética de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard.
"No tengo, en principio, objeción a la clonación reproductiva o terapéutica. No obstante, pienso que en este momento existen problemas insalvables para aceptar la clonación reproductiva por los altos riesgos y las limitaciones éticas que estos implican. Imagino unas pocas situaciones en las cuales podría ser una opción moralmente aceptable para algunas parejas infértiles, pero son minoría, y por ahora esta clase de experimentos no puede ser realizado, ya que es peligroso para la descendencia.
"Sabemos por los estudios en animales que existen riesgos significativos para los clones de varias especies, y mientras esa evidencia persista, simplemente no podemos emprender experimentos con embriones humanos destinados a reproducción. La clonación terapéutica, sin embargo, está destinada sólo a producir células madres derivadas de las etapas tempranas del desarrollo, no existe intención alguna de permitir que el embrión se desarrolle al punto en que experimente y sufra los riesgos que conocemos por los trabajos con animales.
"En otro plano, no estoy de acuerdo con León Kass (presidente del comité de bioética de George Bush), quien rechaza esta forma de experimentación, e incluso objeta formas "aceptables" de fertilización in vitro. No sólo no comparto su enojo, sino que no considero que sea una base sólida para un argumento persuasivo en contra de la clonación terapéutica.
"Creo que podemos manejar las aplicaciones hechas para sacar provecho a la clonación terapéutica, especialmente en los experimentos con pacientes gravemente enfermos, por supuesto con las limitaciones éticas de la investigación científica".Fuente: Archivo Diario El Mercurio de Santiago.
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Fernando Lolas. Director Regional del Programa de Bioética de la Organización Panamericana de la Salud.
"No se trata de estar o no de acuerdo con la técnica, sino de recordar que se trata de un desarrollo esperable de la investigación biológica. La polémica desatada en los últimos años se refiere a los trabajos en seres humanos. Por una parte, los procedimientos son aún inseguros en cuanto a técnica. Por otra, la producción de células y embriones humanos en forma artificial atenta contra la dignidad del ser humano en potencia. Eventualmente, el empleo del procedimiento con fines terapéuticos no parece necesario y lleva a complejos dilemas sobre identidad y relaciones entre personas.No todo lo factible técnicamente es lícito moralmente. Una buena forma de Fernando Lolas. Director Regional del Programa de Bioética de la Organización Panamericana de la Salud.
"No se trata de estar o no de acuerdo con la técnica, sino de recordar que se trata de un desarrollo esperable de la investigación biológica. La polémica desatada en los últimos años se refiere a los trabajos en seres humanos. Por una parte, los procedimientos son aún inseguros en cuanto a técnica. Por otra, la producción de células y embriones humanos en forma artificial atenta contra la dignidad del ser humano en potencia. Eventualmente, el empleo del procedimiento con fines terapéuticos no parece necesario y lleva a complejos dilemas sobre identidad y relaciones entre personas". Fuente: Archivo Diario El Mercurio de Santiago.
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Manuel Santos. Profesor de Biología Celular y Molecular Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Católica.
"No estoy de acuerdo con la clonación humana ni con fines reproductivos ni terapéuticos. El siglo XXI arremete con un magnífico desarrollo científico y tecnológico, que promete que "todo" será posible. La clonación humana a mi juicio es un claro ejemplo de esta tendencia. En la actualidad, desde el punto de vista técnico el proceso es altamente ineficiente (los surcoreanos se realizaron más de 240 experimentos y sólo se obtuvieron 30 embriones). Pero los problemas técnicos sin duda se solucionarán. Sin embargo, las cuestiones éticas más fundamentales se hacen cada vez más patentes. Aquello que la tecnología ofrece, ¿es éticamente lícito realizarlo? Nuestra sociedad tendrá que acostumbrarse a debatir este tipo de temas desde una perspectiva pluralista y sin temor al debate de las ideas. La clonación de un ser humano es éticamente reprobable por varias razones, independientes de los fines. Estimo que el reparo más importante es que la clonación viola la dignidad de la persona humana, que es un valor fundamental que atraviesa transversalmente posiciones religiosas y sociedades. Ésta se quebranta al convertir al clon en un producto generado por la tecnología, en contraposición a la categoría de don o "regalo" cuando se genera un ser humano por la vía natural.
"Por muy loable que sea el fin (terapéutico), no se justifican los medios. Los seres humanos inician su desarrollo desde el momento de la fecundación, por ello los embriones son seres humanos en desarrollo, y no en potencia como sostienen algunos. No justifico producir seres humanos mediante clonación para posteriormente destruirlos en su desarrollo para obtener un beneficio para personas que sufren graves enfermedades.
"Existen partidarios de utilizar embriones de "desecho" de los procedimientos de fertilización in vitro, los llamados "embriones huérfanos". Pero muchos de ellos terminarán literalmente en la basura (como ya ocurrió hace algunos años en Inglaterra con más de tres mil embriones). Entonces surge la pregunta ¿no podrían utilizarse para obtener células troncales antes de terminar en la basura? Nuevamente ¿el fin justifica los medios? Estimo que no es éticamente aceptable destruir estos seres humanos en estado embrionario independientemente de los fines.
"Efectivamente existen otros medios para intentar desarrollar terapias para estas enfermedades terribles tales como Parkinson, Alzheimer, Diabetes etc. Y enfocándonos sólo al uso de células troncales, existen alternativas. Se pueden encontrar en los tejidos adultos (como médula ósea y otros) y en el cordón umbilical. Acaba de salir un reporte indicando que científicos de la Universidad de Duke lograron aislar células troncales humanas de cordón umbilical y exitosamente pudieron diferenciarlas hacia células cardíacas maduras y funcionales. Este hallazgo es sumamente oportuno porque demuestra que no sólo los embriones humanos son fuente de células troncales y abre una luz de esperanza para las personas afectadas por enfermedades terribles. Ojalá que se siga desarrollando esta línea de investigación para evitar el uso de embriones humanos, los que por su disponibilidad aparecen como las más promisorias fuentes de estas células, lo que éticamente es reprobable".Fuente: Archivo Diario El Mercurio de Santiago.
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