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domingo, septiembre 25, 2005

NOS INVITAN A COLABORAR CON ATINABIOTEC

Nos han invitado a participar en atinabiotec.cl lo que haremos con mucho gusto. Gracias Pablo por la invitación, Rodrigo González Fernández

Rodrigo

Me presento, mi nombre es Pablo Bastidas (www.pablobastidas.cl), y llego a ti a través de los post que has colocado en tu Blog, que son de muy buena calidad, felicitaciones!!.

Te contare, que junto a otros 4 amigos, hemos creado un portal www.atinabiotec.cl para discutir sobre la Biotecnología, donde lo que hoy nos mueve, no es otro interés, que el despertar al país y provocar con nuestra conversación a conocer y hacer Biotecnología.

Este sitio cuenta con el respaldo del movimiento ciudadano AtinaChile www.atinachile.cl y nos hemos separado para especificar la conversación

Bajo este contexto, y conociendo de tu interés por el tema, es que te invito a participar junto a nosotros, como corresponsal de nuestro blog, aportando con lo que ya sabes hacer.

Bueno Rodrigo, esperando contar con tu colaboración, me despido

Atte.

Pablo Bastidas invitado

PARA FUNDAMENTAR LA BIOETICA

Jorge José FERRER y Juan Carlos ÁLVAREZ:
"Para fundamentar la bioética.
Teorías y paradigmas teóricos en la bioética contemporánea" Ed. Universidad Pontificia Comillas-Ed. Desclée De Brouwer, Bilbao 2003, 559 pp. lo ha comentado muy bien © Daniel Soutullo

La bioética ha experimentado en los últimos años un impulso meteórico, merced al enorme desarrollo de la genética molecular, la embriología y la biomedicina. Los avances de la investigación y de las aplicaciones prácticas en estas disciplinas han puesto de manifiesto la necesidad de una reflexión a fondo sobre sus consecuencias éticas, sociales y jurídicas. Sin embargo, la gran mayoría de las publicaciones de bioética que han visto la luz en estos años se han centrado, sobre todo, en cuestiones de índole práctica, pero rara vez se han ocupado de la fundamentación teórica o filosófica en la que se inspiraban. Es más, cuando lo han hecho ha sido, casi siempre, desde la perspectiva de una doctrina bioética concreta, como el principialismo de Beauchamp y Childress o el utilitarismo de Peter Singer.

A rellenar esta laguna, bastante lógica dado el desarrollo de los acontecimientos, se destina la publicación del libro que comentamos. Se trata de un tratado, divulgativo pero muy riguroso, sobre las principales corrientes teóricas existentes dentro del mundo de la bioética.

La obra consta de cuatro partes. La primera, dedicada a cuestiones preliminares, introduce al lector o lectora en los principales conceptos de ética y moral y de su origen histórico. También se ocupa de la génesis de la bioética como disciplina, así como de algunos conceptos generales, necesarios para entender los modelos de razonamiento moral y de valoración de las teorías en bioética. Las dos partes siguientes, que forman la columna vertebral de libro, están dedicadas a exponer las distintas corrientes bioéticas existentes en los ámbitos geográficos angloamericano y mediterráneo, respectivamente. En la cuarta y última, al tiempo que recapitulan sobre las cuestiones expuestas, los autores exponen su propia propuesta de fundamentación de la bioética, deteniéndose en los pormenores de procedimiento y metodología de la decisión moral.

El esquema de cada capítulo dedicado a cada una de las corrientes teóricas estudiadas consiste en explicar, de forma muy clara y ordenada, en qué consiste cada teoría, tratando de ser lo más fieles posibles al pensamiento de sus creadores, para terminar el capítulo haciendo una valoración crítica de la teoría expuesta, así como un resumen de sus aspectos más relevantes y de sus principales virtudes y defectos.

A lo largo de toda la obra, los autores hacen gala de una claridad y de una capacidad expositiva admirables, cosa que no suele ser la norma en las publicaciones de filosofía o ética. Únicamente, resulta de difícil lectura la exposición de la ética formal de bienes de Diego Gracia, inspirada en la filosofía moral de Zubiri. Esta dificultad es reconocida por ellos mismos, que la achacan a la complejidad intrínseca de la teoría: “la ética formal de bienes es difícilmente comprensible, su profundidad filosófica y los conceptos zubirianos de acuñación propia, hacen de esta teoría una suerte de arcano sólo accesible a unos pocos iniciados, quedando en la más absoluta obscuridad para la mayoría de los mortales” (p. 464).

En total, once son los capítulos dedicados a exponer las principales corrientes bioéticas existentes. A lo largo de ellos desfilan el principialismo, la casuística, el paradigma de las virtudes, la bioética del permiso de T. Engelhardt, la ética médica comunitarista, la bioética feminista, el utilitarismo de P. Singer, el pragmatismo clínico, el paradigma de la moralidad común, las corrientes bioéticas italianas y, por último, la ética formal de bienes y el principialismo jerarquizado de Diego Gracia. Todas ellas son tratadas con claridad, rigor, respeto al pensamiento de los autores y espíritu crítico. El resultado es una obra esencial para iniciarse en el mundo de la bioética, de sus fundamentos filosóficos y del origen teórico de las polémicas que han ido surgiendo en los últimos años.

Los autores, aunque se declaran católicos (el primero de ellos es jesuita, doctor en teología moral), explícitamente han intentado mantenerse en el ámbito de la reflexión filosófica, al margen de cualquier postura confesional o teológica. Como ellos mismos dicen, “los modelos teóricos que estudiamos están articulados en el lenguaje de la argumentación estrictamente racional, de lo que también se conoce como bioética secular” (p. 16). Esta orientación metodológica se mantiene a lo largo de todo el libro, más allá de algunas pequeñas referencias a cuestiones religiosas dispersas en algunos lugares.

Resulta muy gratificante, para alguien que proviene de unos presupuestos ideológicos laicos, ajenos a cualquier adscripción religiosa, como es mi caso, poder leer con placer y aprovechamiento una obra como esta y suscribir, incluso, la mayoría de los puntos de vista de sus autores, lo que supone una demostración práctica de que en cuestiones de bioética es posible mantener una deliberación racional provechosa y fecunda más allá de los “amigos morales”. Tal vez esto sea posible porque en esta obra se aúnan, como en pocas, la calidad, el rigor intelectual y el respeto por los puntos de vista ajenos, aunque provengan de tradiciones filosóficas distintas. Creo que éste es uno de los méritos no menores, aunque no el único, de este más que recomendable e instructivo libro.
Hay que buscar este libro porque es interesante de tener y leer.
Fundamentar la bioetica, saludos Rodrigo González fernández, consultajuridica.blogspot.com, rogofe47@hotmail.com

GENETICA Y JUSTICIA

Interesante trabajo que debemos leer
Allen BUCHANAN, Dan W. BROCK, Norman DANIELS y Daniel WIKLER
"Genética y Justicia" Cambridge University Press, Madrid, Comentario muy bien logrado por © Daniel Soutullo . Este libro hay que buscarlo.

La publicación de obras dedicadas a analizar el impacto de las intervenciones genéticas actuales o futuras en seres humanos ha ido ampliándose en los últimos años. Aunque la traducción de textos extranjeros sigue sin ser todo lo extensa que debiera, se ha ampliado bastante el catálogo de traducciones. A esto hay que añadir que cada vez se publican más libros de autores españoles que abordan estos temas. Entre estos últimos sobresalen los que analizan los problemas de las aplicaciones de la genética humana desde una perspectiva jurídica, merced a la importante labor desarrollada por la Cátedra de Derecho y Genoma Humano de Bilbao.

Entre las traducciones recientes de libros dedicados al estudio de la genética humana destaca por su interés Genética y justicia. Se trata de un libro colectivo elaborado por cuatro filósofos norteamericanos (Buchanan, Brock, Daniels y Wikler) en el que se realiza una discusión en profundidad, desde el punto de vista de la justicia, de las implicaciones, algunas actuales pero sobre todo futuras, de los nuevos avances genéticos. Más en concreto, se trata de una discusión de los problemas sociales de la genética desde el punto de vista de la teoría de la justicia distributiva de Rawls.

A lo largo de ocho capítulos y dos apéndices se analizan y discuten cómo afectan las aplicaciones genéticas a la justicia social. Los autores parten de la experiencia histórica de la eugenesia americana, analizada en el capitulo dos, que critican por discriminatoria e injusta, ya que violaba los derechos reproductivos de las personas sometidas a la misma. Con este punto de partida, van analizando diversas aplicaciones genéticas presentes y/o futuras para ver hasta qué punto respetan o conculcan los derechos de las personas. El análisis no solamente se detiene en las posibles consecuencias de aplicar una determinada técnica genética sino también en las consecuencias que tendría no aplicarla si, de resultas de esta no aplicación, el desarrollo personal de los individuos pudiese verse mermado de algún modo. El concepto de igualdad de oportunidades y sus diversas interpretaciones por los teóricos de la justicia distributiva juega un papel central en la discusión que llevan a cabo.

Entre las cuestiones abordadas en el libro tiene una especial relevancia la dedicada a analizar las intervenciones genéticas destinadas a corregir enfermedades y alcanzar el funcionamiento normal de la especie (sic) frente a las encaminadas a realzar determinadas características deseables que mejorasen el funcionamiento del organismo (mayor memoria, resistencia a enfermedades, etc.). Este segundo tipo de intervenciones entrarían de lleno en lo que tradicionalmente se viene considerando eugenesia positiva o de mejora. Las conclusiones de los autores van en la línea no sólo de aceptar sin mayores problemas las intervenciones genéticas con fines terapéuticos, sino de considerar que constituye un deber de justicia su realización, siempre que se pongan al alcance de todas las personas que las necesiten. En cuanto a las intervenciones mejoradoras, aunque de entrada mantienen una posición abierta, encuentran muchos más problemas para su aceptación, aunque no llegan a realizar una impugnación extensa de las mismas. Podríamos decir que su postura es moderadamente eugenista, siempre que esas intervenciones no conduzcan a situaciones discriminatorias desde el punto de vista de la justicia distributiva. A pesar de esta aceptación de principio de las intervenciones genéticas mejoradoras, los autores son conscientes de las dificultades que esas intervenciones acarrean desde el punto de vista de la igualdad de oportunidades, ya que “es enormemente improbable que ningún experimento de mejora humana mediante la alteración genética incluyese a toda la humanidad y no a una pequeña porción de la misma” (p. 84). En este sentido, una de sus conclusiones es que “si el acceso a dichas mejoras según la capacidad económica exacerbase las desigualdades injustas existentes, la justicia podría requerir que se pusiesen a disposición de todos, o bien que no estuviesen a disposición de nadie” (p. 91).

Es una lástima que el análisis realizado en el libro, pese a su profundidad y riqueza, no se extienda al tratamiento de las diversas modalidades de intervención y las consecuencias sociales que tendrían unas u otras para la justicia distributiva y la igualdad de oportunidades. Por ejemplo, desde el punto de vista del acceso a una intervención que potenciase la respuesta inmunitaria frente a un determinado agente infeccioso no es comparable una intervención en la línea germinal (ingeniería genética de mejora) que otra basada en el uso de un cierto fármaco obtenido mediante la aplicación de técnicas genómicas (farmacogenómica). La primera, aunque resultase técnicamente factible y de resultados fiables non podría hacerse extensiva en ningún caso al conjunto de la población, ya que implicaría que todos los embarazos se realizasen mediante fecundación in vitro precedida de la manipulación génica de los gametos o de las células embrionarias resultantes cosa que, obviamente, no está en ningún horizonte social razonable. Como consecuencia, la minoría que accediese a esas técnicas (por motivos económicos u otros) sería la única que se beneficiaría de los resultados de la intervención, con consecuencias potencialmente discriminatorias, desde el punto de vista de la igualdad de oportunidades, para la mayoría excluida. Por el contrario, por lo menos teóricamente, la utilización generalizada de un fármaco por toda la población sería posible, como lo es en la actualidad el uso de vacunas, aunque resultase técnicamente sofisticada y cara su obtención. Desde este punto de vista, un análisis de los distintos procedimientos de intervención genética y de sus posibilidades de aplicación social resulta muy útil y evita que las discusiones se sitúen en un nivel de abstracción poco apropiado para extraer conclusiones bien fundadas.

Otra de las discusiones más interesantes que se abordan en el libro es la relativa a la llamada moral de la inclusión en relación con el tratamiento de las discapacidades. Particularmente sugerente, y polémica, resulta la crítica de las posiciones de los defensores radicales de los discapacitados, efectuada a través de la discusión de la cultura de los sordos, que algunas personas reivindican como algo valioso que se debe mantener porque se afirma que “los bienes proporcionados por la pertenencia a la comunidad de sordos superan, o al menos contrarrestan, las limitaciones a las oportunidades que supone la sordera (p. 262). El punto de vista de los autores es que pese a que hay muchos aspectos interesantes en la defensa de esa cultura de grupo, se debe distinguir claramente entre las discapacidades y las personas que las padecen. Una vez efectuada esa distinción fundamental su punto de vista se resume en la siguiente afirmación: “No son las personas con discapacidades las que subvaloramos, son las discapacidades en sí [...] Subvaloramos las discapacidades porque valoramos las oportunidades y el bienestar de las personas que las experimentan. Y como valoramos a las personas, a todas las personas, nos preocupan las limitaciones a su bienestar y a sus oportunidades” (p. 259). Por este motivo, consideran que es injusto el mantenimiento de discapacidades que puedan ser evitables, cuando las personas afectadas no están en condiciones de decidir por sí mismas, como sería el caso de un recién nacido al que sus padres deciden no corregir su discapacidad por considerarla algo valioso desde el punto de vista de su cultura de grupo discapacitado.

Aunque las conclusiones de los autores puedan resultar discutibles y provoquen recelos por sus posturas proclives a ciertas formas de eugenesia blanda, estamos ante un libro sumamente interesante, riguroso y profundo, que aborda las cuestiones sin prejuicios ni recetas poco fundamentadas. Su lectura resulta instructiva y enriquecedora para todas las personas interesadas en los problemas sociales derivados de la aplicaciones de la genética humana. Y, aunque se pueda discrepar de algunas de sus conclusiones excesivamente condescendientes con ciertas formas de eugenismo, no se puede por menos que agradecer su esfuerzo analítico y su adhesión a una visión progresista de la justicia distributiva aplicada a la genética. Los aspectos positivos de este enfoque son múltiples y su potencial aplicabilidad va más allá del punto de vista liberal que sustentan sus autores, ya que también puede ser útil para análisis sustentados en otros enfoques de filosofía política.
GENÉTICA Y JUSTICIA: RODRIGO GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, consultajuridica.blogspot.com,. rogofe47@hotmail.com