Los postulados seudocientíficos de la sociobiología aplicada a las sociedades humanas son utilizados para sustentar la ideología política que ha conducido al "capitalismo salvaje". La sociobiología, según Edward O. Wilson, considera al ser humano como integrante de una sola unidad de vida que "debe ser estudiada con el espíritu de la historia natural como si fuéramos zoólogos de otros planetas que estuviéramos contemplando el catálogo completo de especies de la Tierra". En esta concepción, las ciencias sociales deberían reducirse a las biológicas y más concretamente a la biología humana; así, la antropología física y cultural y la sociología conforman la sociobiología del Homo sapiens sapiens. La ética quedaría subsumida también dentro de las categorías biológicas, es decir, de algún programa genético de la especie humana, lo que significaría biologizar la ética.
En el esquema conceptual de la sociobiología, el ser humano no es libre ni autónomo: su conducta es sólo la expresión de sus determinaciones genéticas, lo que crea un marco explicativo deformado en el que podría caber cualquier tipo de interpretación de la conducta individual o social. En esta esfera, el debate se centra en los siguientes temas: ¿Tiene origen genético la conducta humana? ¿Nuestro comportamiento está determinado exclusivamente por los genes, como lo están los caracteres biológicos? ¿Ciertas conductas inmorales o altruistas podrían tener origen genético? ¿Existen genes de la maldad?
Obviamente, no. La sociobiología en su intento de globalización teórica, llega al límite de lo absurdo, ya que pretende explicar en su limitado marco teórico todo el comportamiento de los individuos y de las sociedades. La sociobiología intenta configurar una concepción original de la sociedad, basada en principios biológicos ideologizados y de la cual derivan múltiples formas de relación social y hasta de gobierno. No debe extrañar, entonces, que de esa visión deformada de la naturaleza humana hayan surgido fórmulas políticas para la dominación de las personas, los pueblos y las naciones. Basta recordar algunas recomendaciones del recetario de Edward Wilson: "Es extremadamente fácil adoctrinar a los seres humanos. La mala voluntad es común en la sociedad humana; sin duda, los seres humanos son plenamente conscientes de sus linajes de sangre y poseen la inteligencia para intrigar. Entre las características sociales generales de los seres humanos, se citan los sistemas de dominación agresiva, en los que los machos subyugan a las hembras. El hombre prefiere la creencia al conocimiento. El genocidio y la guerra son las cualidades humanas características, surgieron durante la fase autocatalítica de la evolución social que tuvo lugar mediante la guerra intelectual, genocidio y absorción racial". (8)
Por cierto, la esencia del pensamiento sociobiológico no es nueva; ya se hallaba presente en las antiguas formulaciones del viejo determinismo biológico de ciertos filósofos como Thomas Hobbes, en su célebre sentencia: "el hombre es el lobo del hombre", o en Herbert Spencer, quien concibió el desarrollo de las instituciones humanas como un proceso en el que "uñas y dientes se tiñen de sangre". Pero fue Edward Wilson quien logró dar mayor cohesión a la nueva corriente sociobiológica en el contexto de la biología contemporánea; de ahí que la publicación de la Sociobiología: Nueva Síntesis produjo una verdadera conmoción en la conciencia pública y tuvo múltiples implicaciones en las esferas de la ideología y la política. Las pretensiones de la nueva disciplina quedan expuestas en la siguiente declaración del autor: "Quizá no sea aventurado decir que la sociología y otras ciencias sociales además de las Humanidades, son las últimas ramas de la Biología que esperan ser incorporadas a la Moderna Síntesis. Una de las funciones de la sociobiología es pues, estructurar los fundamentos de las ciencias sociales de forma que sean incluidas en dicha síntesis". (9)
Al respecto, Stehan J. Gould afirma que esta formulación es una especulación acerca de la base genética del comportamiento supuestamente universal del ser humano. La corriente sociobiológica es una nueva expresión del determinismo biológico; la selección natural explica la evolución biológica, pero no es extrapolable para comprender la historia, la cultura y la sociedad. (10)
En el ámbito académico se denunció a la sociobiología como la nueva encarnación del darwinismo social por su pretensión de reorientar las ciencias sociales sobre la base de conceptos y leyes provenientes de las ciencias biológicas. Concebida a imagen de la sociedad de mercado, la naturaleza ha sido usada para explicar el orden social humano y viceversa, en un intercambio recíproco sin fin entre darwinismo social y capitalismo natural. Afirma Sahlins. (11)
En efecto, en la sociobiología se descubre un nuevo intento de reducir la historia de la humanidad a una sucesión de luchas por la supervivencia, a crueles desgarramientos entre monos agresivos y a guerras secretas de genes egoístas. Todo esto es vino viejo en botellas nuevas: ciencia ideologizada que se la instrumentaliza para legitimar el sistema político imperante. Ahora como en el pasado, mediante el determinismo biológico se pretende justificar la historia y perennizarla a través de entidades biológicas; pero se olvida que la grandeza del ser humano radica en su capacidad para trascender lo biológico e incorporar en su proceso de evolución sociocultural nuevas dimensiones y categorías fundamentadas en la razón, el pensamiento, la ética individual y social. El proceso de hominización tuvo sus raíces en una rama superior de los primates, pero en la conquista de la humanización se fundieron factores sicológicos, sociales, culturales y éticos; por lo mismo el ser humano dejó de ser el simple "mono desnudo" para convertirse en el Homo sapiens sapiens, capaz de construir sociedades y culturas fundamentadas en la razón, la inteligencia, los sentimientos socioafectivos
no solamente en los genes, sangre o instinto.
Fue la nueva condición la que le permitió a la humanidad crear un mundo nuevo: el de la libertad; en ese ámbito y en el de las relaciones creadas por las sociedades deben ser entendidas y valoradas todas sus acciones. Por esa misma libertad el sector más comprometido de la sociedad busca construir un mundo justo y solidario, de auténtica liberación; y a la vez denuncia con firmeza todo intento de falsificación de la ciencia.
Referencias:
(8 ) ( 9) Wilson, op. cit.
(10) Gould, S. 1983. Desde Darwin. Reflexiones sobre Historia Natural. Herman Blume Ediciones. Madrid.
(11) Shalins, M. 1982, Uso y Abuso de la Biología, Siglo Veintiuno Editores. Madrid.